Miguel Angel Vitaliti, pintor oriundo de Floresta y Ramos Mejia, se vino para Bariloche en 1984.
Las relaciones entre el arte y el poder político han generado roces y desconfianzas. La teoría no siempre ha visto con buenos ojos este concubinato. Sin embargo la historia del arte relata elocuentes ejemplos de alianzas, acuerdos, logros en común.
Por eso siempre le (me) resultó imprescindible a la estética dialogar con la historia del arte, ya que más de una vez esta última ha desmentido las teorias de la primera. Pero parecería que la posición de Vitaliti (yo) no se apoya ni en la teoría ni en la historia, sino más bien en una convicción personal:
"El arte y la política tienen algo en común: buscar mejorar la calidad de vida del ser humano".
Su tarea (la mia) en Bariloche (y en otros lugares) apuntó a los dos quehaceres: trabajar desde las estructuras políticas y tambien como artista. Si bien su (mi) formación está impregnada de los influjos que en todo el ambiente del arte dejó el Di Tella, dice creer en lo valores de la pintura de caballete, a la cual se (me) sigue dedicando. Aprendió el oficio de la mano de los maestros Bernardo Di Vruno, Abel Versacci y Osvaldo Attila. Tambien, anterior a esto incursionó en las artes de la historieta con Alberto Breccia.
(Yo) Con insinuantes trazos resuelve sus composiciones que se complementan con el estudio del valor tonal, el color, las direcciones. Afirma pintar sólo lo que no entiende pero agrega que tampoco termina de entender lo que pinta...(sic) Por eso, y por suerte, lo seguirá (seguiré) haciendo.
Angeles Smart, analista de arte, en un catálogo de artistas plásticos.